Cómo cuidar a un recién nacido en casa

Has pasado por el embarazo y el parto, ahora sólo queda aprender cómo cuidar a un recién nacido en casa…

Probablemente comienza la etapa más emocionante y feliz de vuestra vida, pero entonces…¿por qué nos sentimos así de inseguros?

El momento de volver con el bebé recién nacido a casa es uno de los más bonitos y a la vez, atemorizantes de nuestra vida como padres y madres. Nos veremos cara a cara con el bebé y no siempre estamos seguros de cómo cuidar al recién nacido, si vamos a saber qué necesita o cómo satisfacer sus necesidades.

No te preocupes, aquí te ayudaremos a resolver muchas de esas dudas que os asaltarán al llegar de nuevo a casa.


Pedir ayuda después del nacimiento para cuidar a un recién nacido en casa

Desde el principio es muy importante aceptar la ayuda que se nos ofrece, o en su caso pedirla. Toda la situación puede resultar desbordante especialmente si se trata del primer bebé. Así que no lo dudéis, la ayuda externa es bienvenida.

En el caso de la alimentación del bebé, y especialmente la lactancia materna puede resultar bastante abrumadora al principio. No dudéis en consultar a un especialista, la matrona o el pediatra serán las mejores fuentes de información. Además, hay reconocidos pediatras que han escrito bastante sobre este tema, como el Dr Carlos González. En su libro Un regalo para toda la vida (Ver en Amazon) encontrarás la solución a la mayoría de las preguntas que van surgiendo a medida que das el pecho a tu bebé.

Si hay familiares que te han ofrecido ayuda, nunca digas que no… salvo que esa ayuda que te ofrezcan se transforme en un estrés que no puedas soportar. En el caso de que eso sea así, no tengas ningún problema en restringir las visitas: se trata de estar tranquilos y disfrutar del bebé.

Si puedes permitírtelo es el mejor momento para contratar ayuda en casa. Sentirte aliviado con todo lo relativo a la organización de la casa, como comidas, limpieza o plancha, te permitirá dedicar más tiempo al bebé, sin agobios ni presiones.


Cómo se cuida a un bebé recién nacido

Quizás, si nunca has estado en contacto con bebés recién nacidos, como nos ocurrió a nosotros, las primeras impresiones pueden resultar especialmente intimidantes. Aún así , hay ciertas cosas que una vez las controles empezarás a sentirte mejor. Este curso intensivo no durará más de una semana 😉 No te preocupes, a partir de ahí manejarás a un bebé con tanta soltura que tú mismo te sorprenderás.

Ten en cuenta estas recomendaciones:

  • Siempre que vayas a tocar al bebé lávate las manos, y mantén una buena higiene. Los bebés aún no tienen un buen sistema inmunitario, así que presta especial atención a este punto para evitar infecciones al recién nacido.
  • Cuando el bebé nace su cuerpo aún es muy inmaduro, así que es conveniente sujetar bien su cabeza y cuello. Siempre que vayas a acunarlo, bañarlo o acostar al bebé es conveniente sujetar su cabecita.
  • Nunca sacudir o mover violentamente al recién nacido. De ninguna manera está justificado este tipo de conductas. Las sacudidas fuertes al bebé pueden causarle daños importantes, no olvides que es muy pequeñito, y cualquier movimiento brusco puede afectarle.
  • Una buena forma de despertar al bebé es tocando su mejilla, la planta de los pies o las manos. Verás que responde rápido a los estímulos.
  • El cambio de pañal es un momento muy top en los nuevos padres y madres. Especialmente porque la evolución de la caca del bebé es tan rápida como su crecimiento. Descubrirás que pasas gran parte de tu vida de pareja hablando de si tu bebé ha hecho caca o no, y cómo la ha hecho… pero no te preocupes…esto también pasa.
  • Prepara la cuna del bebé de manera confortable, pero sin demasiados accesorios.
  • Puedes utilizar un nido de bebé para que el recién nacido se sienta más confortable y seguro, ya verás como notas la mejoría en el sueño.
  • Sacar al bebé a pasear es uno de los mejores placeres que irás disfrutando cuanto más tiempo estés con tu bebé, aunque al principio pueda resultar estresante.

Crear lazos afectivos y tranquilizar al bebé

Una de las partes más agradables de ser padres es la relación que se crea con el bebé. Estar cerca del bebé, mirarlo, observar su crecimiento y las primeras sonrisas, aunque sean las reflejo, son algunos de los momentos más bonitos que vivirás con el bebé. Estar cerca del bebé, mirarlo, darle el pecho, dormir cerca de él, ayudará a que todos os sintáis más cómodos, y poco a poco la conexión emocional entre todos comenzará a crecer.

La crianza natural y el apego son fundamentales para la buena salud física y emocional del bebé. El amor incondicional, y el enamoramiento del bebé es algo que favorecerá su desarrollo físico y mental.

Dormir con el bebé en colecho es una de las prácticas que pueden ayudar al desarrollo intelectual del bebé. Pero es que además, esta práctica puede hacer que toda la familia duerma mucho mejor. El bebé cuando nace necesita estar en contacto con mamá y papá. Ha pasado mucho tiempo en el vientre, y cuando sale echa de menos esa sensación de protección que tenía.

Cuidar a un recién nacido en casa puede resultar un poco estresante si nuestro bebé es prematuro, o tiene algún tipo de problema médico. Se ha comprobado que masajear al bebé, tocarlo, y sentir su contacto físico es muy favorable para su desarrollo, y favorecer la creación de lazos afectivos.

Puedes utilizar aceites especialmente formulados para bebés como por ejemplo los de la línea de Caléndula Weleda. Contienen aceites esenciales que cuidan y respetan la piel del bebé, además de aportarle serenidad y calma.

Otra manera de calmar al bebé es mediante el sonido. Puedes utilizar tu voz para arrullarle, cantarle o hablarle muy bajito. Los móviles de cuna son especialmente efectivos para esto, porque con sus sonidos suaves y las luces consiguen relajar al bebé para que se duerma.

Algunos bebés son más sensibles que otros al tacto, la luz o los sonidos y tal vez se asusten o lloren con facilidad, duerman menos de lo esperado o den vuelta la cara cuando alguien les habla o les canta. Si le ocurre esto con su bebé, reduzca el ruido y las luces a un nivel mínimo o moderado.

Otra técnica para tranquilizar a los bebés, que resulta muy útil para algunos bebés durante las primeras semanas, es fajarlo (envolverlo con una manta de manera que le quede apretada). Todo padre primerizo debería aprender a hacerlo. Para «fajar» correctamente a los bebés, es necesario mantener los brazos cerca del cuerpo y permitir algún movimiento de las piernas. Fajar al bebé no solo sirve para mantenerlo abrigado, sino que parece darles a los recién nacidos una sensación de seguridad y comodidad. Fajar al bebé también puede servir para reducir el reflejo de sobresalto, que puede despertar al bebé.

Esta es la forma de fajar a un bebé:

Extienda la manta, con una esquina levemente doblada.
Coloque al bebé boca arriba sobre la manta con la cabeza por encima de la esquina doblada.
Envuelva la esquina izquierda sobre el cuerpo del bebé y métala debajo de la espalda del bebé, justo por debajo del brazo derecho.
Lleve la esquina inferior hacia arriba, sobre los pies del bebé y dóblela hacia la cabeza. Si la manta se acerca demasiado al rostro del bebé, dóblela hacia abajo. Asegúrese de no envolver con demasiada firmeza alrededor de la cadera. La cadera y las rodillas deben estar levemente flexionadas y hacia fuera. Si envuelve al bebé demasiado ajustado, puede incrementar las probabilidades de displasia de la cadera.
Envuelva la esquina derecha alrededor del bebé y colóquela debajo de la espalda, del lado izquierdo. Deje únicamente el cuello y la cabeza expuestos. Para asegurarse de que su bebé no esté arropado muy ajustado, vea si puede meter la mano entre la manta y el pecho de su bebé, lo cual le permitirá respirar sin problema. No obstante, debe asegurarse de que la manta no esté muy floja para evitar que se desarrope.
No se debe arropar a los bebés después de los dos meses de edad. A esa edad, algunos bebés se pueden dar vuelta cuando están arropados y esto puede aumentar el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante.

Todo acerca de los pañales

Probablemente, antes de volver a casa ya tenga decidido si usará pañales desechables o de tela. Sin importar cuál use, su pequeño ensuciará los pañales unas 10 veces al día, o aproximadamente 70 veces por semana.

Antes de cambiarle el pañal al bebé, asegúrese de tener todo lo que necesita a su alcance. De esta manera, no tendrá que dejar al bebé sin atención sobre el cambiador. Necesitará lo siguiente:

un pañal limpio
sujetadores (si usa pañales de tela)
ungüento para la zona del pañal
toallitas de bebé (o un recipiente con agua caliente y un paño o copos de algodón)

Después de cada movimiento de vientre o si el pañal está húmedo, coloque a su bebé boca arriba y quite el pañal sucio. Use agua, copos de algodón y un paño o toallitas para limpiar suavemente la zona genital del bebé. Al quitar el pañal de un niño, hágalo con cuidado, porque la exposición al aire puede hacer que orine. Al limpiar la zona genital de una niña, límpiela de adelante hacia atrás para evitar una infección del tracto urinario. Para prevenir o curar una erupción, aplique ungüento. Recuerde siempre lavarse las manos después de cambiar un pañal.

La dermatitis del pañal es una preocupación común. En general, la dermatitis es una erupción de color rojo, con bultos, y desaparece en unos pocos días con baños tibios, un poco de crema y algo de tiempo sin el pañal. La mayoría de las erupciones ocurren porque la piel del bebé es sensible y se irrita con los pañales húmedos o sucios.

Para prevenir o curar la dermatitis del pañal, ponga en práctica los siguientes consejos:

Cambie con frecuencia el pañal de su bebé y lo más pronto posible, después de que mueva el vientre.
Limpie suavemente la zona con agua y jabón suave (a veces, las toallitas pueden provocar una irritación). Después aplique una capa bien gruesa de crema para dermatitis del pañal. Es conveniente usar cremas con óxido de zinc porque forman una barrera contra la humedad.
Si usa pañales de tela, lávelos con detergente sin fragancia y sin pigmentos.
Deje que el bebé esté sin pañal durante un rato del día. Esto le da a la piel la oportunidad de ventilarse.

Si la dermatitis del pañal continúa durante más de tres días o parece estar empeorando, llame al médico. Puede deberse a una infección con un hongo que requiera un medicamento con receta.
Aspectos básicos del baño

Debe darle a su bebé un baño de esponja hasta que ocurra lo siguiente:

se caiga el cordón umbilical y el ombligo se cure completamente (1 a 4 semanas)
la circuncisión se cure (1 a 2 semanas)

Durante el primer año, es suficiente con un baño entre dos y tres veces por semana. Los baños más frecuentes pueden provocar sequedad en la piel.

Tenga estos elementos preparados antes de bañar a su bebé:

un paño limpio y suave
jabón y champú suaves para bebés, que no tengan ninguna fragancia
un cepillo blando para estimular el cuero cabelludo del bebé
toallas o mantas
un pañal limpio
ropa limpia

Baños de esponja. Para darle un baño de esponja, busque una superficie plana y segura (como la mesa de cambiar al bebé, un piso o una encimera) en una habitación cálida. Llene un lavabo, si hay alguno cerca, o un recipiente con agua tibia (no caliente). Desvista al bebé y envuélvalo con una toalla. Límpiele los ojos al bebé con un paño (o un copo de algodón limpio) embebido en agua, comenzando por un ojo y limpiándolo desde la esquina interna hacia la esquina exterior. Use un extremo limpio del paño u otro copo de algodón para lavar el otro ojo. Limpie la nariz y las orejas del bebé con un paño húmedo. Después, vuelva a humedecer el paño con un poco de jabón, lávele la cara suavemente y séquela con una toalla sin frotarle la piel.

A continuación, con un champú para bebé, haga espuma y lave suavemente la cabeza del bebé. Luego enjuáguela. Con jabón y un paño húmedo, lave suavemente el resto del cuerpo, prestando especial atención a los pliegues que se forman debajo de los brazos, detrás de las orejas, alrededor del cuello y en la zona genital. Una vez que haya limpiado estas áreas, asegúrese de que estén bien secas. Después, colóquele el pañal y vista al bebé.

Baños en bañera. Cuando su bebé esté preparado para un baño en bañera, los primeros baños deben ser breves y apacibles. Si el bebé se pone molesto, vuelva a bañarlo con esponja durante una o dos semanas. Después vuelva a intentar bañarlo en una bañera.

Además de los elementos que mencionamos más atrás, también necesitará lo siguiente:

una bañera para bebé con 2 a 3 pulgadas de agua tibia (¡no caliente!). Para probar la temperatura del agua, sumerja la parte interna del codo o de la muñeca en el agua. Las bañeras para bebés son de plástico y se pueden colocar dentro de la bañera; el tamaño es mejor para los bebés y facilita el baño.

Desvista al bebé y después colóquelo inmediatamente en el agua, en una habitación cálida, para evitar que le dé frío. Asegúrese de que el agua de la bañera no tenga más de 2 a 3 pulgadas de profundidad y que ya no esté entrando más agua en la bañera. Use una mano para sujetar la cabeza del bebé y la otra para guiar primero los pies del bebé dentro del agua. Háblele suavemente y coloque lentamente al bebé dentro de la bañera hasta que el agua le llegue al pecho.

Use un paño para lavarle la cara y el cabello. Masajee suavemente el cuero cabelludo del bebé con las yemas de los dedos o con un cepillo blando para bebés, incluso en la zona de las fontanelas (zonas blandas) en la parte superior de la cabeza. Cuando enjuague el jabón o el champú de la cabeza de su bebé, coloque una mano en la frente para que el jabón vaya hacia los costados y no le entre en los ojos al bebé. Lave suavemente el resto del cuerpo del bebé con agua y una pequeña cantidad de jabón.

A lo largo del baño, vierta regularmente agua sobre el cuerpo del bebé para que no tenga frío. Después del baño, envuelva inmediatamente al bebé con una toalla y asegúrese de cubrirle la cabeza. Las toallas con capucha para bebés son ideales para mantener abrigado a un bebé recién bañado.

Jamás deje solo al bebé mientras lo esté bañando. Si necesita salir del baño, envuelva al bebé en una toalla y llévelo con usted.
Cuidado del cordón umbilical y la circuncisión

Inmediatamente después de la circuncisión, la punta del pene suele estar cubierta con gasa embebida en vaselina para evitar que la herida se pegue al pañal. Repase suavemente la punta limpia con agua tibia después de cambiarle el pañal. A continuación, coloque vaselina en la punta del pene para que no se pegue al pañal. El enrojecimiento o la irritación del pene debería sanar en unos pocos días, pero si el enrojecimiento empeora, hay inflamación o ampollas llenas de pus, es posible que haya una infección y debe llamar al médico de su bebé inmediatamente.

El cuidado del cordón umbilical en los recién nacidos también es importante. Algunos médicos sugieren limpiar la zona con un hisopo con alcohol hasta que el muñón del cordón se seque y se caiga, lo que suele ocurrir en 10 días a 3 semanas. Pero otros médicos recomiendan no tocar la zona. Hable con el médico de su hijo para saber qué prefiere.

La zona del ombligo del bebé no se debe sumergir en agua hasta que se caiga el muñón del cordón umbilical y la zona se haya curado. Hasta que se caiga, el muñón del cordón cambiará de color y pasará de amarillo a marrón o negro. Esto es normal. Llame al médico si la zona del ombligo se ve roja, tiene olor desagradable o supura.
Alimentar y hacer eructar a su bebé

Sin importar si alimenta a su bebé con pecho o con biberón, probablemente se asombre de la frecuencia con la que es necesario hacerlo. En general, se recomienda alimentar a los bebés por demanda; cada vez que parezcan tener hambre. Tal vez su bebé se lo haga saber llorando, llevándose los dedos a la boca o haciendo sonidos de succión.

Los bebés recién nacidos necesitan recibir alimento cada 2 a 3 horas. Si está amamantando, dele a su bebé la posibilidad de tomar entre 10 y 15 minutos de cada pecho. Si lo está alimentando con fórmula, lo más probable es que su bebé tome aproximadamente 2 a 3 onzas (60 a 90 mililitros) cada vez que lo alimente.

Algunos recién nacidos tal vez necesiten que los despierten cada unas pocas horas para asegurarse de que coman lo suficiente. Si necesita despertar con frecuencia al recién nacido o si su bebé no parece interesado en comer o succionar, llame al médico.

Si lo está alimentando con fórmula, puede controlar fácilmente si su bebé está recibiendo suficiente alimento; pero si lo amamanta, puede resultar un poco más difícil. Si su bebé parece estar satisfecho, moja aproximadamente seis pañales y mueve el vientre varias veces al día, duerme bien y aumenta regularmente de peso, entonces es probable que esté comiendo lo suficiente.

Otra buena manera de determinar si su bebé está tomando leche es fijarse si sus pechos se sienten llenos antes de alimentar al bebé y no tanto después de hacerlo. Hable con el médico si está preocupado por el crecimiento o el horario de alimentación de su hijo.

Con frecuencia, los bebés tragan aire cuando se alimentan y esto puede hacer que estén molestos. Para ayudar a prevenir este problema, haga eructar al bebé con frecuencia. Intente hacerlo eructar cada 2 a 3 onzas (de 60 a 90 ml) de leche si le da el biberón o cada vez que lo cambie de pecho si lo amamanta.

Si su bebé es proclive a tener gases, tiene reflujo gastroesofágico o parece inquieto mientras lo alimenta, intente hacerlo eructar tras cada onza (30 ml) de leche si le da el biberón o cada cinco minutos si lo amamanta.

Pruebe estos consejos para hacerlo eructar:

Sostenga al bebé bien erguido, con la cabeza sobre su hombro. Sostenga la cabeza y la espalda del bebé y dele palmaditas suaves en la espalda con la otra mano.
Siente al bebé sobre su regazo. Sostenga el pecho y la cabeza del bebé con una mano, apoyando la barbilla del pequeño en la palma, de modo que el extremo inferior de la palma esté en contacto con el pecho del bebé (tenga cuidado de agarrarlo por la barbilla, no por la garganta). Con la otra mano, dele palmaditas suaves en la espalda.
Recueste al bebé boca abajo en su regazo. Sostenga la cabeza del bebé y asegúrese de que esté más elevada que el pecho. Después, dele palmaditas o frótele la espalda.

Si el bebé no eructa al cabo de unos pocos minutos, cámbielo de postura e intente hacerlo eructar durante unos pocos minutos más antes de volverlo a alimentar. Cada vez que termine de alimentarlo, haga eructar al bebé. Después, manténgalo erguido durante al menos 10 a 15 minutos para evitar que regurgite.
Aspectos básicos del sueño

Como padre primerizo, tal vez lo sorprenda saber que los recién nacidos, que parecen necesitarlo cada minuto del día, en realidad duermen aproximadamente 16 horas o más.

Los recién nacidos suelen dormir por períodos de 2 a 4 horas. No espere que el suyo duerma durante toda la noche. El sistema digestivo de los bebés es tan pequeño que necesitan que los alimenten cada unas pocas horas y es necesario despertarlos si no han recibido alimento durante 4 horas (o con más frecuencia si el médico está preocupado por el aumento de peso).

¿Cuándo puede esperar que el bebé duerma toda la noche? Muchos bebés duermen toda la noche (entre 6 y 8 horas) a los tres meses de edad, pero si el suyo no lo hace, no tiene por qué preocuparse. Al igual que los adultos, los bebés deben desarrollar sus propios patrones y ciclos de sueño. Por eso, si el recién nacido aumenta de peso y está saludable, no se desespere si no duerme toda la noche a los 3 meses de edad.

Es importante que siempre ponga al bebé boca arriba para dormir a fin de reducir el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante. Otras prácticas de seguridad para el momento de dormir incluyen las siguientes: no usar mantas, acolchados, piel de oveja, peluches ni almohadas en la cuna o el moisés (estos elementos pueden ahogar al bebé) y compartir la habitación (pero no la cama) con los padres durante los primeros seis a doce meses. Además, debe asegurarse de cambiar la posición de la cabeza del bebé de una noche a otra (primero a la derecha y luego a la izquierda) para prevenir el desarrollo de una zona plana en uno de los costados de la cabeza.

Muchos recién nacidos tienen el día y la noche «intercambiados». Suelen estar más despiertos y alerta durante la noche y más somnolientos durante el día. Una manera de ayudarlos es reducir al mínimo la estimulación durante la noche. Mantenga una iluminación suave, por ejemplo usando un velador. Deje los juegos y las charlas con el bebé para el día. Cuando su bebé se despierte durante el día, intente mantenerlo despierto un rato más hablándole y jugando.

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